una mañana distinta se vislumbraba, luego de un amanecer acelerado y corridas entre mecanicos nos recibieron los niños y niñas en la ciudad de Valera.
Como quisera que los funcionarios , los coordinadores de cultura y los ultra intelectuales de mil libros leidos y debates ardientes en cafeterias caretas, puedan un dia recibir el regalo de la vida , de Dios, de la naturaleza. LA ENERGIA PLENA QUE TE TRANSMITE EL PUBLICO, las emociones y sensaciones puras, un caudal, un mnantial pleno de energia calmando la sed del alma. En ciudades que son un desierto de cemento, con tabletas inteligentes, conexiones inalámbricas y mil formas de querer estar vigentes en un gran mercado de cosas que no necesitamos, que en lugar de acercarnos, nos alejan de lo real.
Asi el Teatro de Títeres nutrido de energia y de la vivencia del día a día. De la sabiduria que la calle con su variedad de personajes nos inspira, se levanto de la nada. Un baúl con telas y aluminio, unos personajes con vida propia, quebraron la monotonia de la ciudad. La fantasia, el territorio negado para los que solo usan la razón, o para los que cierran su corazón, se apodero de la mañana. Y en una hermosa comunión, una simple melodia de la armonica, despertó los sentidos del público, calmó la ansiedad, pero liberó el delirio. Ya nunca los presentes volveremos a ser los mismos.
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